Ahora
Siempre pensé que estos afanes llegarían en el futuro. Bueno, resulta que el futuro me alcanzó y empiezo a pensar en qué decirle, que cosas necesito para recibirle, si haré un buen trabajo y miles de cosas más que me llevan directo a un abismo de intranquilidad y desasosiego. La gran objetividad con que veía el papel se ha desbaratado y quiero hacer mil cosas, ser de tal modo, sentir de tal otro y nada, que sigo sin creérmela del todo.
Y es que no me resulta menos que milagroso que yo tuviera algo que ver, que si se me ha concedido y que no tarda mucho. Tengo que establecerme más formalmente, tengo que asegurar (desde ahora) un futuro para darle, mi salud, mis ganas, mi empeño y mi todo, que nada se me quede! :D Espero con ansia y no sé que nombre pelearé que lleve.

Papá
Una vuelta más al calendario y se ha cumplido mi sino. No sé aún cuándo podré pasar a visitarte sin que me sienta triste al irme (mejor dicho, cuándo podré pasar a visitarte), tampoco sé cuánto de tu marca dejaste en mi.
Lo que conozco y bien, es el hecho de que te recuerdo mucho, de que tu voz no ha ensordecido, que tu cara no se difumina y siempre te recuerdo en mis momentos felices y en mis momentos tristes, cuando quiero contarte y cuando quiero preguntarte (voy a poner un punto y aparte).
Creo que tu mirada se ha quedado en la mía, tu risa socava mis carcajadas, tu andar ladea mis pasos y tu carrera impulsa la mía, en fin, que prácticamente estás en mí, conmigo y para mi -o eso quiero creer- en buenas y malas.
Te extraño
Te necesito
Descansa

Prometo que ahora si, ya no volveré a buscarla.
Nunca más despertaré (como antes) en sus brazos, ya no quiero esperar su llamada, prometo que no voy a soñar con nuestros hijos ni de que carácter ni de que aspecto pudieran haber sido, no voy jamás a buscar la rendija por la que veo, sufriendo y gozando, su caminar de niño, su risa de esperpento. Desde hoy, voy a ser otro, que no conoce la dicha de su abrazo, que jamás murmuró su nombre, ni respiró su aliento, otro, que ni siquiera sabe que existe, y que no la extraña, porque no sabe que su complemento es con ella, en ella y para ella; otro tipo, que ignora lo feos que tiene los pies, y que detesta los mariscos, uno que nunca sabrá a lo que saben sus besos y sus desprecios, que jamás lamentó haberla conocido y que jamás se alegrará de por fin, atreverse a salir a la calle.
Hoy salgo a la calle nuevo, como el niño a su primer día de clase.

Reviso esto que escribí hace unos años y me doy pena, me doy pena porque ahora (luego de unos años) mis sentimientos no son tan intensos, mi corazón ya no es arrebatado y mis penas son menas. Será cosa de unos años....

Quisiera que mi balance de año fuera bueno.
Pero la verdad no se puede ocultar, siempre sale a flote y la verdad es que mi balance difícilmente puede ser mejor. No quiero llegar a recetarles un rosario de cuentas infelices (Sabina dixit) y lo bueno me lo guardo para poder saborearlo.
Mi familia está mejor, mis amigos también y yo no tanto -un año menos joven- pero me defiendo.
Al fin, solo quiero tener el valor para hacer lo que quiera, el coraje para terminarlo y la constancia para...no se para que, pero me parece buen deseo.
Así también, mis mejores deseos (y los más puercos también) para ustedes sufridos lectores (si es que los hubiera) y dejen que la vida les atropelle, solo es cosa de levantarse y seguir.
Un abrazo

Y Tunas?


Quisiera ser un gran mago, que dominara todas las cosas del cielo de la tierra y de las aguas al conjuro de su voz estentórea, o quizá mejor un ser semi-divino, hermoso, luminoso, cuyo canto sedujera a todo ser de este mundo y del otro. Quisiera ser una criatura pequeña, indefensa, que enterneciera al corazón más duro.
Pero sobre todas las cosas, quiero ser de ti, a tu lado, contigo, para ti.

No andaba muerto!!!


Nomás no estaba vivo...

Pensamiento rupestre

No sé bien que pedo me acongoja. Es que de repente, bueno, nada que de repente porque hace bastantes días que progresa esta infección, el pensamiento rupestre, apestoso, le provocó a mi alma un síncope, me ha disgustado lo suficiente para dale un trompazo de eustaquio (sacerdote rupestre dixit) y ése ha sido mi error, porque los mensajes que estaban hechos para derrocar los imperios del acomodo y la conformidad, del vacío interno y el dinero, han surtido efecto y la gastritis neuronal me está provocando inflamaciones al corazón, gases morales e inaguantables dolores de alma.
Lástima que nadie haya establecido bien cómo está la onda, pero algo tiene que pasar (o dejar de pasar) para que todo suceda.